La sombra y mi locura

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Rosie Arreola (2020). «Perdida», ilustración.

Me despierto en la mañana con el dejo a rancio que imprimieron tus labios en los míos aquella noche. Me abordas con otro beso apenas intento incorporarme, apoyas tu cabeza en mi pecho y ahí estoy de nuevo, con la mirada fija y clavada en el techo, con la respiración entrecortada, las extremidades entumidas, incapaz de Sigue leyendo

Obligándose a escribir

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La única foto es de mala calidad 😦

¿Les digo la verdad? El viernes cuando me subí a la tarima tiré unas luces y me puse nerviosa, lo que ocasionó que exactamente el segundo verso de la segunda estrofa de mi poema —que tenía perfectamente memorizado y ensayado— se me olvidara. Tuve que empezar de nuevo tres veces hasta que lo pude arrancar, pero al final Sigue leyendo

La madeleine de Proust

Pasó el tiempo y nunca recordé cómo era esa palabra. Me la había dicho Pauline, caminábamos en medio de la noche para regresar a casa y el frío santiaguino la transportó a cuando recién llegó a París. A esas alturas de la fiesta me hablaba mitad español y mitad francés, y yo mitad mexicano y mitad chileno; la comunicación no era la mejor.

anton

La madeleine de Proust

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Todos somos cuerpos que se tocan a ciegas

He cambiado los nombres por respeto a los involucrados, quienes tienen conocimiento de este escrito.


Con la llegada de La Copa, Tinder rompió récords de descarga. La moda terminó por invadir también a Matías, un muchacho tímido que solía enmascarar su incomodidad con humor.

No te burles, pero era la primera vez que hacía algo así.

No entiendo, ¿Sexo?

Con una extraña.

Ah, ya, ¿Y cómo Sigue leyendo

Carta abierta de una mala persona

A quien corresponda, seleccione la opción del paréntesis según sea el caso.

Te cuento que hoy hice un examen de conciencia, tardé un rato, no es una muy limpia. He estado pensando mucho en ti, en que (no nos hemos visto en varios años/ he estado distante/ no te he buscado), que de pronto tengo una semillita que quiere brotar y verte, pero germina otra más fuerte con motivos para postergar y abstenerme de tu grata compañía. La lata, la apatía, el miedo.

Recuerdo y no puedo evitar agachar la cabeza; (que un día te dije que hablabas demasiado y no me importabas/ que un día te dije que estaba obligada a quererte por Sigue leyendo